

Pegado a tu vida
El Planeta Cachibú es un exoplaneta donde los habitantes de la Tierra lanzan su basura a través de un gran cañón, en un intento desesperado por deshacerse de los residuos que ya han invadido sus mares y océanos.
Miliki, cuya estancia en la Tierra ha llegado a su fin y busca un lugar donde retirarse y descansar, aterriza en ese lejano Planeta y se sorprende al descubrir que está habitado por unos seres muy curiosos y divertidos: Los Cachibús.
Estos pequeños habitantes están a punto de abandonar su pequeño Planeta, ahogados por la basura que llega desde la Tierra, pero Miliki les convence de que pueden reciclar los residuos, tratar los restos orgánicos para cultivar huertos y reutilizar viejos objetos para reconvertirlos en cosas útiles y divertidas. Entre todos van a conseguir que el planeta se convierta en un lugar limpio, verde y sostenible.
Pero Miliki no ha llegado solo. Además de su fiel amigo Dron Pepito, un dron de fabricación casera, trae bajo el brazo trae una maleta de fondo inagotable, llena de música, magia, risas, cuentos y alegría.
Los Cachibús están entusiasmados con el recién llegado, y Miliki también es feliz con sus nuevos amigos, pero hay unas personitas a las que echa mucho de menos…
Miliki ha dejado en la Tierra a sus nietos Miliki Jr. y Susanita y extraña los ratos que pasaba con ellos y las aventuras que vivían juntos.
Por suerte, a través de Dron Pepito puede conectar con Dron José, el dron que les dejó a los niños antes de empezar su largo viaje. La comunicación entre la Tierra y el Planeta Cachibú es constante y Miliki puede seguir estando cerca de sus nietos, disfrutar de sus aventuras y compartir con ellos el día a día a pesar de estar a miles de kilómetros de distancia.
En el Desván de Miliki hay mucho más.
Pero el Desván de Miliki no son solo las aventuras del Planeta Cachibú. Además de las peripecias de Miliki, Susanita, Miliki Jr. y los Cachibús, el desván está lleno de canciones, cuentos y entretenidas secciones protagonizadas por nuestros personajes.
En 2019 vuelve Lucha de Gigantes para convertirse en el mayor evento musical solidario del año y lo hace en nombre de un reto enorme en un momento de crisis climática: EL AGUA
El agua es nuestro primer alimento
La idea es simple: nuestro cuerpo (el 70 por ciento agua) no podría absorber los nutrientes necesarios para tener una vida saludable sin agua segura.
Sin agua tampoco es posible cultivar alimentos, ni mantener el ganado que alimentan el planeta.
Pero estamos perdiéndola.
En 2030, 700 millones de personas habrán tenido que abandonar sus hogares por culpa de la sequía.
2100 millones de personas, principalmente mujeres, libran diariamente una lucha de gigantes para conseguir agua. Caminan kilómetros para llegar hasta un pozo. Las niñas dejar de ir a la escuela para ello.
No solo está lejos: es cada vez menos. En África, en Asia, en América Latina… la sequía está secando los suelos y los acuíferos. Y arañar a la tierra la poca agua que hay es ya una de las
principales luchas de gigantes en el mundo.
Necesitamos gigantes que ayuden a las mujeres y hombres enormes que cada día libran una batalla para conseguir el agua con el que vencer el hambre.
Nací en La Habana, y aunque he viajado mucho y hecho mías las costumbres de otras culturas, mi casa ha sido una perfecta simbiosis entre Cuba y España. De niño, convivían perfectamente la Fabada con el Congrí, la guaracha con las sevillanas, Beny Moré con Miguel de Molina. Siempre que escuchaba al Bárbaro del Ritmo, pensaba: ese hombre tiene que ser un hombre feliz. Esas canciones sólo pueden nacer de la felicidad. Si ligamos esa idea al adagio que nos recuerda que es mejor acostarse sin cenar, que levantarse con deudas, estas canciones dan por cumplida una promesa con mi madre Rita y con Aruca. Aquí entrego estas canciones, que son fruto de la Felicidad.
Mi Norte y mi Sur.
Siempre…
Bebo San Juan